lunes, 25 de noviembre de 2013

Ciudad de ángeles




Miko Viya

Talal: En los tiernos años de la primera infancia, un niño no tiene idea de que es mundo. Tampoco idea de país o ciudad. Su dominio es el lugar donde vive, donde se mueve y donde juega. Su mundo son las cosas que lo rodean, las gentes que ve.

Pero en el sorprendente proceso de su crecimiento, día a día, empieza a asomarse a la vida y su mundo se va ensanchando con cada paso, con cada mirada o descubrimiento.

Es por esto, que no puedo hablarte de este ancho y hermoso mundo sin contarte cómo fui descubriendo mi primer mundo,  mucho antes de que oyera esta palabra o hubiera visto una esfera terrestre o un mapa-mundi donde con un pequeño  punto hubiera descubierto la palabra Puebla. De hecho, yo no sabía que existía Puebla o que yo viviera en Puebla. ¿Habías pensado que cuando somos niños no estamos concientes de estas complicaciones geográficas y urbanas? Simplemente vivimos y cada instante es un descubrimiento maravilloso que aceptamos sin razonar pero que saboreamos con toda la frescura de algo que sí es nuevo bajo el sol, en nuestra aventura mágica del cotidiano vivir ¿Talal, te acuerdas de cuando eras niño?

Nosotros vivíamos en primer piso en una de esas recias casonas que adorna la derechura del traso poblano. Mi primer contacto con el mundo era por dos balcones que se abrían sobre la calle de Alfaro, una azotehuela en la parte posterior y una ventana que daba al patio de la casa.

Desde los balcones veía pasar todos esos vestigios de añejas costumbre mexicanas que se han perdido pero que daban un color que ahora, para revivirlo, tengo que ir a ver antiguos grabados de Posada o ilustraciones de alguna antigua edición del Periquillo:

Los negros carboneros, doblándose
bajo el peso de los costales
que llevan sus cuestas.

El nevero, que son su pregón peculiar anunciaba los sabrosos canutos y la nieve de limón.

El chupandillero, el mueganero, el afilador con su silbato inconfundible, el dulcero que llevaba en su tablita o en su caja de cristal el rico jamóncillo, la bisagra y el calabazate.

En la planta baja de la casa, don Rosendo tenía una tienda de abarrotes, esos lugares increíbles con su olor a salvado y piloncillo y con enormes mostradores cubiertos con láminas de zinc en cuyos bordes se juntaba la mugre y la grasa con restos de azúcar y harina formando una negra capa, donde había grandes pomos de vidrio llenos de canicas de dulce, y costales en el suelo llenos de maíz, frijól y garbanzo. Las velas colgaban en racimos del techo y la manteca formaba blancas pirámides en bandejas de hojalata.

La casa estaba cerca de la iglesia de la Merced, así que cuando llegaba la festividad anual “mi mundo” se embellecía con el plafond callejero de cientos de enramadas de papel de china que cubrían calles enteras.  Los puestos de molotes, garnachas y buñuelos resplandecían a la luz de mecheros de petróleo y el aire olía a manzanas  a limas. Desde mi bacón veíamos a la gente divirtiéndose y nos entretenía el espectáculo del paso encebado, del torito y de los fuegos artificiales.

viernes, 3 de mayo de 2013

Celebración del 5 de Mayo en 1867



Se aprueba  el programa que la junta patriótica presentó para solemnizar la festividad del 5 de Mayo.- Se publicó el 3 de Mayo.

EL GENERAL DE BRIGADA C. JUAN N. MENDEZ, Gobernador interino &c.

Sabed:

Que habiendo aprobado en todas sus partes el programa que para la solemnidad del día 5 de Mayo, me ha sido presentado por la junta patriótica, he tenido a bien decretar lo siguiente:

Art.1º. La festividad nacional que se consagra a la memoria de la gloriosa jornada que ocurrió en los suburbios de esta ciudad, quedando vencedores de los franceses, el ejército y pueblo mexicano a las ordenes del ilustre general Ignacio Zaragoza, se arreglará al programa que a este gobierno presentó la junta patriótica.

Art. 2º. Se expedirán las órdenes necesarias a quienes corresponda para el buen éxito de la función, y se publicará por bando nacional este decreto y el relacionado programa para conocimiento del público.

Por tanto, mando se imprima, publique y observe. Puebla de Zaragoza, Mayo 3 de 1867.- Juan N. Méndez.- Eufemio Rojas, secretario.

 PROGRAMA para la función cívica del 5 de Mayo de 1862.

1º. La festividad se anunciará desde la víspera como de costumbre, con repiques a vuelo a las doce del día y toque de oraciones, durando media hora en cada vez.

2º. A las cinco de la mañana del día 5 se repetirán los repiques por media hora. A las salvas de artillería de los fuertes de Loreto y Guadalupe contestará una batería que se situará  en la plaza, donde permanecerá hasta las seis de la tarde. Las músicas y bandas militares partirán  en este momento desde la misma plaza, tocando dianas por las calles hasta regresar a sus cuarteles. Los repiques y salvas se repetirán a la hora de paseo cívico, y a las seis de la tarde.

3º. A las ocho de la mañana se reunirán en el palacio del gobierno del Estado, las autoridades civiles y militares, el Ayuntamiento, los individuos que tomaron parte en la jornada que hoy se celebra , llevando la honrosa medalla que se les concedió a, los empleados, los colegios, escuelas y demás personas que quieran acompañar al C. Gobernador al paseo cívico, a cuyo fin se les invita. Las tropas formarán valla por toda la carrera.

4º. A las nueve en punto de la misma, saldrá del palacio el C. Gobernador, acompañado de las autoridades y personas mencionadas, dirigiéndose a la calle de la Santísima, que desde este día y en memoria de haber muerto en ella el vencedor de los franceses, se llamará “Calle de Zaragoza”, con el objeto de descubrir la lápida mandada colocar por el decreto que así lo dispones. En este lugar se dirá por el C. Presidente de la junta patriótica un corto discurso, y el C. Gobernador victoreará a la independencia, al general Zaragoza, y al ejercito y guardia nacional.

5º. En seguida la comitiva continuara para el Paseo viejo tomando por las calles de Guevara, Carnicería, segunda de Mercaderes  y las que siguen hasta la esquina de la de Mesones, por la que continuará para el expresado Paseo, en el cual se hallará dispuesto convenientemente  un local para la concurrencia, y una tribuna para que el orador nombrado  por la junta patriótica pronuncie la oración cívica que a su patriotismo se confió; quedando abierta dicha tribuna para que lean sus composiciones los ciudadanos que gusten. El C. Gobernador distribuirá después los donativos acordados a las viudas y huérfanos de los que perecieron en la gloriosa batalla de Mayo.

6º. Concluido este acto, la comitiva regresará por las mismas calles hasta la segunda de Mercaderes, siguiendo por la primera para el palacio de gobierno. En él recibirá el C. Gobernador las felicitaciones que las autoridades y jefes de oficina le dirijan, y se disolverá la reunión.

7º. A las tres de la tarde, momento en que se obtuvo el brillante triunfo que hoy se solemniza , se darán los toques de campana que en aquella vez se dieron, y repetirán la salva de artillería, y el repique a vuelo por media hora.

8º. A las cuatro de la misma empezará una diversión popular en la plazuela de Antuñiano, tocando en los paseos desde esta hora hasta el anochecer las músicas militares.

9º. En los edificios públicos se izará el pabellón nacional, adornándolos por el día e iluminándolos por la noche.

10º. Se excita el patriotismo no desmentido de los poblanos para que como una muestra de reprobación a la intervención extranjera, y del aprecio en que tienen las glorias nacionales, adornen e iluminen el exterior de las casas en los términos expresados.

11º. A las nueve de la noche en punto se quemaran  en el plaza de armas unos vistosos fuegos artificiales, tocando las músicas de ocho a once, con lo que se dará fin a la solemnidad.

Puebla de Zaragoza, Abril 30 de 1867.- Mariano E. Ramos, Presidente.- Lic. Manuel Arrioja.- Lic. Agustín M Fernández.- Lic. Emilio Álvarez.- Francisco S. Cueto.- Manuel Aspiroz.- Agustín Isunza, secretario.

Es copia.- Puebla de Zaragoza, Mayo 3 de 1867.- Eufemio Rojas, secretario.

viernes, 9 de noviembre de 2012

El actual Baldaquino o Ciprés del Altar Mayor de la Catedral Basílica de la Puebla de los Ángeles




Miguel Hipólito Hernández Campos
 


Diseñado y construido bajo la dirección de Manuel Tolsá, Arquitecto y escultor español (1757-1816) y concluido en 1818 por José Muzo y Jaramillo, arquitecto nacido en Puebla (1789-1860).

En México los baldaquinos se conocen popularmente bajo la denominación de “Ciprés” término muy expresivo y que señala formas estilizadas que adopta, muy semejantes a la del Ciprés.

Su construcción inició en 1797 y se concluyó en 1818. Bajo la simple observación se advierte que se compone en forma integral de dos puntos separables coronados por sendos domos: el tabernáculo interior y el baldaquino circundante.

El tabernáculo interior se encuentra coronado por la figura en bronce dorado de la inmaculada concepción. La que se encuentra rodeada de cuatro ángeles emergiendo de nubes. Uno de ellos sujeta una estrella motivo que identifica a los personajes de santidad; otro, presenta ramos del palma en sus manos, símbolo clásico de la victoria y el triunfo; un tercero sostiene una rosa abierta en su mano derecha símbolo de la pureza; y el cuarto lleva un espejo atributo de Maria reminisente del dogma de la “Lux Nova”.

Esta escultura posa sobre el mundo que es envuelto por una serpiente y debajo de esta se encuentra el tabernáculo asentado en una peana con cuatro pilastras que recu??? En modillones y cornisa. En sus ángulos aparecen cuatro esculturas de bronce de angelitos. En sus cuatro lados tiene puertecillas de bronce encerrados en unos marcos de medio punto que muestran interesantes relieves que representan: 1.- A San Juan Evangelista,  envuelto  en su túnica sobre una nube mirando hacia el sol con un águila hacia su costado, sujetando un libro que representa el Evangelio; 2.- A san Lucas
en actitud de sostener  el Evangelio. Un buey predomina en la escena, 3.- a San Marcos Evangelista representado como un hombre barbado, con su respetivo libro en las manos y una pluma en la otra. Un león a su costado; y 4.- A san Mateo Evangelista que escucha a un ángel que le susurra al oído y sujeta un libro.

Estas escenas se complementan con querubines, nubes y rayos. Tales relieves son obra de José Salomón. Y las puertecilllas se abren mediante un mecanismo que ingenió el relojero Mariano Vargas.

El baldaquino circundante esta coronado por una estatua  de San Pedro Hecha  de estuco, que posa sobre un domo en cuya base hay cuatro frontones menores coronando ventanas abovedadas en la parte superior de los frontones menores hay grupos de pequeños ángeles. A nivel inferior y sobre frontones quebrados se encuentran  - flanqueado los lados- estatuas de Ángeles adolescentes con sus alas desplegadas y túnicas flotantes. También realizados en estuco. En los vacíos de esos frontones quebrados se llena el espacio  con grandes resplandores con el monograma de María enmarcado en un escudo central.

En el segundo nivel del ciprés 16 columnas en pares sostienen 12 cornisas en forma de anillo, distribuidas en cuatro frentes. Entre las columnas están los cuatro doctores de la Iglesia, elaborados en estuco por José Patiño Ixcolinque. San Jerónimo se muestra como un anciano con una trompeta y su libro. San Agustín, vestido con el hábito de su orden y leyendo uno de sus escritos, sostiene una cruz y la mitra del obispo. San Ambrosio luce túnica episcopal como obispo de Milán, con su correspondiente libro, cruz y mitra. Y san Gregorio exhibe su tiara papal y un báculo de obispo con doble cruz en su mano izquierda sujeta un libro.

Cada una de estas esculturas mide 2.50 metros de altura. El baldaquino tiene una base circular, pero su planta es un octágono.

El primer cuerpo tiene adosados cuatro altares dirigidos a los puntos cardinales. El mayor de estos da hacia el poniente en donde esta el coro y es el único que realmente tiene sagrario; los otros tres solo simbólicamente tiene una puertecilla de bronce con un relieve alusivo a la  Eucaristía.

Debajo de cada uno de los mencionados doctores de la iglesia en la base, se encuentran las puertas de acceso al panteón de los obispos, las que se abren solamente una vez al año, el 2 de noviembre para que la gente visite la cripta.

Si desea  admirar en vivo esta imponente obra, acuda a nuestra catedral y observe detenidamente cada uno de los detalles descritos y se dará cuenta de la magnitud y grandeza de este monumento.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Mi Río Atoyac


Dr. Ricardo González Padilla 

Me acuerdo bien que era el por 1958, tendría como 9 años de edad mis amigos de la colonia allá por la 37 poniente y la 3 sur habíamos formado una pequeña pandilla, seriamos como 8 o 9 pillos, traviesos y juguetones, teníamos alrededor de un mes planeando nuestro viaje iríamos todos juntos hasta el Rió Atoyac, quedaba como a 2 kilómetros de mi casa, mis cuates eran el Benja, mi hermano mayor, el patotas Gerardo amos de la pandilla, ellos los mayores de 13, el Chob hijo de un señor que vendía llantas, por la 2 poniente, Armando el Spiro cuñado de todos, hijo del famoso lic. Porras, el Escarto hijo de un refugiado de la guerra civil de España, el Sr. Escartin, el Morris y su hermano el chirris, que vivían por el Rancho del Mirador, donde compraba mucha gente leche bronca, el Rulotas y mi otro hermano Rubén, ya difunto el Pichulonguis, le decíamos así porque era muy llorón y además delgado y alto, además no se me puede olvidar al gordito simpático que siempre hay en toda pandilla el Memo, hoy afamado criminólogo y medico legista, y el mas pequeño de todos el Negro José, hermano de Miguel el Escarto hoy rico hombre de negocios.


Bueno la fecha seria en las vacaciones de verano en mayo, el calendario escolar era diferente al de ahora, nosotros teníamos vacaciones por dos meses, nuestra aventura se iniciara en la bajada del Molino de Huexotitla propiedad de la familia Benítez quienes eran muy adinerados y dueños de todo el sur Las Palmas, Gabriel Pastor y Prados Agua Azul colonias que en ese entonces no existían, acordamos lo siguiente:

Caminaremos hasta llegar a un puente que era el único paso para llegar al pueblo de San Baltazar, puente cuya estructura era toda de acero, también el piso de vigas de madera y de acero muy angosto por cierto y de forma semicircular y que atravesaba el rió de San Francisco, afluente del rió Atoyac, los camiones foráneos y la gente que iba para el pueblo era su único paso, los pocos autos y otros vehículos lo hacían estremecer cuando pasaban por el, desde arriba se miraba el cauce del río, a mis amigos y a mi nos daba mucho miedo pero nadie se rajaba y corriendo lo atravesamos muchas veces, no sin antes percibir un olor fétido de su agua turbia y que a uno o dos kilómetros se anexa al Atoyac. El plan ya estaba hecho pasaríamos el puente antes mencionado y nos iríamos por atrás del molino siguiendo la ribera norte hasta llegar hasta el Rancho de Agua Azul por el camino a Azumiatla, todo lo teníamos planeado, la comida tortas de huevo y de frijoles, mucha fruta, agua en unos garrafones de plástico porque aun no existía el pet y en dos cantimploras de aluminio propiedad del Patotas que era Boy Scout, no existían las bolsas de plástico, solo de papel estraza llenas de fruta, peras, manzanas y plátanos, dulces Larin de leche, de anís, y colorados, en esa época no se contaminaba tanto como hoy el planeta y el estomago de las personas, de refresco llevaríamos solo unas coca cola de vidrio y varias del famoso refresco Pato Pascual, marca que ya no existe, de armas una pistola de municiones, y un rifle, tres resorteras y una brújula, gorras, cerillos, binoculares, sombreros de palma, dos mochilas de excursionista y tenis de tela de manta de la marca Estrella, los mas grandes sus botas de tipo militar que les pedían ya en la secundaria

Por fin el 20 de mayo se inicio la loca aventura, para todos nosotros creo que dejo una huella imborrable en nuestra memoria, la noche anterior no pude dormir, pensando que animales se nos aparecerían en el camino y que peligros nos esperaban, además todos habíamos dicho en nuestras casa que iríamos a San Baltazar como siempre lo hacíamos, a jugar con unos niños del pueblo un partido de Beis, nuestros campos preferidos, donde pastaban vacas, borregos y chivos; campos que rodeaban a los campos de Fut, del Colegio Benavente Lasalle, hoy es Plaza Dorada, ya el río esta entubado y se le conoce como Boulevard 5 de Mayo, todos estábamos de acuerdo de no decir que iríamos hasta el Atoyac, pero ese día fue maravilloso, cantando y riendo felices porque al meternos por la ribera vimos muchos árboles gigantes, unos ahuehuetes, otros pirules, pinos, sauces y gran cantidad de carrizos, el agua del rió a nuestro lado era mas cristalina, pero se iba haciendo mas espesa la vegetación, vimos unos pájaros de colores, unos rojos cardenales y otro como garzas blancas, cuijes, lagartijas, el Patotas encontró una víbora de agua, mis amigos decían no se separen porque si alguno se cae llega hasta Valsequillo, que creen que vimos muchos zopilotes que se estaban comiendo una comadreja o rata grande, se espantaron cuando nos vieron salir de la selva eso era para nosotros, ahora ni zopilotes hay, todo esta tan cambiado, lastima que en esa época no tuvimos o existían los celulares con cámara que padres fotos serian, ya como a las 12 llegamos a una represa, allá por donde esta una pizzería que nos lleva a una Plaza la Cristal, ahí hay un puente y de el solo queda la barda norte y hasta ahí esta entubado el río San Francisco los habitantes de Prados Agua Azul y los de Villa Encantada le piden a las autoridades que ya lo entuben los olores fétidos ya no se soportan, bueno recuerdo que atravesamos por encima de esa represa todos en fila india que valientes o imprudentes fuimos, todavía nos faltaba un largo trecho pero llegamos por la otra ribera la sur hasta lo que hoy es el puente que nos lleva a la bella zona de Angelopolis, estaba construido de piedra de cantera, la mayoría de todos estos campos estaban sembrados de maíz y zonas de trigo, que llenaban los Cilos del Molino de Huexotitla, todavía existen a la orilla de la casa de los Benitez, también vimos carretas cargadas de mazorcas, muchos cuervos o urracas, hasta que llegamos a una Hacienda que hoy esta abandonada y que se llama de Mayorazgo, en la actualidad esta avenida se llama Orión y la calle Prolongación de la 11 Sur, que bonita hacienda, nos corrieron y regresamos por el camino Real que va a Atlixco, antes se iba por este camino pasando por el pueblo de Azumiatla, todo esto esta 60 anos después muy diferente y urbanizado, pero volviendo a la historia de mi pandilla como a las 2 P.M. recuerdo que dijo el jefe Benja que seria mejor regresar porque nos comimos todas las tortas, el agua se nos acabo, los dulces y la fruta volaron y como teníamos hambre emprendimos el camino de regreso no sin antes toparnos con un capataz, quien en un viejo carro Nash era Don Aquilino que muchas veces nos corría de estos terrenos el cuñado de Don Enrique Benítez quien nos corrió de esos terrenos, no sin antes quitarnos los elotes que les íbamos a llevar a nuestras jefas, bueno, eran robados, tenía razón el viejito.

¿Que tal les pareció esta historia? Ahora que fue rescatado el parque Fantástico que colinda con mi Río Atoyac y que el Gobernador Rafael Moreno Valle realiza obras de embellecimiento y saneamiento del río Atoyac y en los Fuertes de Loreto y Guadalupe y en toda la ciudad, los invito a que visiten el parque Metropolitano, hace dos semanas lo recorrí y así recordé mi hermosa infancia en la que siempre llevaré en mi mente lo bello que era mi río y lo que será si se construyen plantas purificadoras de agua y se evita tirar basura y deshechos industriales a su cauce, dios permita que nuestro río Atoyac sea mas hermoso y limpio, como queremos todos los que habitamos esta ciudad al igual que los muchachos universitarios que 2011 hicieron un desafiante recorrido por el río, canoerosdelatoyac.@com. Les pido que no dejen de recorrer y visitar las nuevas obras que se están haciendo en toda mi Puebla Mágica. Gracias. richi_9@hotmail.com.
 


miércoles, 29 de agosto de 2012

Tejdos en Zacatlán




Por Ing. Jenaro Cabrera Oropeza

Es Sub- delegado de Zacatlán el señor Manuel Ramón y Cascaxares, dependiente de la Intendencia de Puebla, desde 1791, en la "lista de los sujetos comerciantes, labradores y arrieros que hay en la cabecera de Zacatlán y su jurisdicción", da cuenta de 41 comerciantes, 89 labradores y 38 arrieros. Esta lista tiene como fecha el 12 de enero de 1793.

Más adelante, aclara que no se proporciona la lista de los artesanos "porque estos con poco pueden concurrir con su notoria pobreza".

En la lista formulada no se incluye a los indios. Esta referencia tiene como fecha el 12 de enero de 1793.

El Profr. Baudelio Candanedo en carta que me dirige de Zacatlán, fechada el 1 de Noviembre de 1974, en los dos últimos párrafos de la misma, me dice en el primero:

"durante mis 15 y 16 años de edad trabajé en la rebocería y aprendí ese oficio. Como es natural, me relacioné con la mayoría de los reboceros y conocí la casi totalidad de los OBRADORES. Supe que eran unos 40 y se contaban unos 84 telares, aunque tal vez hubo más que conocí".

En el siguiente párrafo me dice: "hace seis años te envié dos trabajos relativos a artesanía zacateca (rebocería y zapatería) y en el primero te dí la causa principal que echó abajo esta fuente de riqueza. A esa causa debe agregarse, por una parte, los trabajos de Necaxa, que requirieron muchos brazos y más de 1909 en adelante y por otra, que buen número de reboceros fueron a ocupar secretarías en los pueblos de la sierra de Zacatlán.

Recuerdo de los 250 operarios en los obradores, por lo menos un 30% fueron a los trabajos del túnel y un 20 % a las secretarías.

A continuación se transcribe el escrito del Profr. Baudelio Candanedo fechado el 4 de abril de 1968.

Artesanía. Tejidos. En Zacatlán, Pue.

Desde el año de 1750, se especializaron en el tejido de cotones de lana los hermanos Filomeno  y Macedonio Luna, en telares rudimentarios que instalaron en el barrio de Ayohualulco (ALTICA), de este municipio.

Tengo noticia de que los señores Lorenzao Barrera y Mariano Sosa establecieron en el barrio mencionado los primeros talleres de rebocería (OBRADORES). Siguen en orden cronológico los señores Antonio e Ignacio Reyes y don José Lobato.

Los señores José María Morales y Vicente Rosas imitaron, y aun superaron, el rebozo “POBLANO”, y lo llamaban Rebozo del Cuarenta. Son Antonio Reyes, don Rafael Santos (MEDIO HERMANO DE LA SEÑORITA ISABEL CABRERA) y don Agustín Oropeza, padre del laureado flautista Agustín Oropeza Barrera, se distinguieron como tejedores de rebozo fino, telas, cotines y manteles.

Por el año de 1890, llegó a este lugar, procedente de Guanajuato, don Valeriano García, quien trajo nuevos tejidos que mejoraron bastante la industria que me ocupa. El señor Pedro Fernández lo invitó para que colaborara en su taller que tenía establecido en la Cuarta Calle de Juárez de esta ciudad, y de ese obrador salió enorme cantidad de rebozo de buena calidad.

Más tarde llegaron a esta cabecera los señores Catarino García y Bonifacio Rosilos. Ambos individuos trajeron NUEVOS PROCEDIMIENTOS DE TINTORERÍA, con los cuales obtuvieron mejores productos y mayores utilidades; y por convenir  así a sus intereses, demoraron la programación de sus conocimientos para teñir el algodón.

Además de los señores José María Morales, Vicente Rosas, José Lobato, Rafael Santos, Agustín Oropeza, Pedro Fernández y los hermanos Antonio o Ignacio Reyes, trabajaron en mayor escala los señores Bonifacio Rosales, María de la Luz Márquez, Reinaldo Rosas y Trinidad Herrero.

Tuvieron obradores de menos importancia los señores Manuel Ibarra, Alta Gracia  Rosas, José María Castillo, Lorenzo Ortega, Vicente Reyes (el pobre Rafael Barrera, Manuel Roldan, Aurelio Soto, Abraham López, David Martínez, J. de la Luz Barrera, Miguel Hernández, Federico Barrera Méndez, J. Carmen y Tirso Flores, Manuel Barrera Reyes (que durante muchos años se distinguió en el PERFECTO DEVANADO DE CAÑONES Y CANILLAS Y EN UNA LABOR LLAMADA “PEPENADO”), Magdalena Lecona, Pedro Hernández, Miguel Sosa, Magdalena Carballo, Cristota Barrera y Lorenzo Santos.

En esos 38 obradores trabajaron algo más de 250 operarios y dieron trabajo a unas 180 mujeres que hacían el tejido de la punta, ocupación llamada “PUNTAS” con varias labores, según la calidad de los rebozos.

Por los años 1901 a 1903 se tejió en telares llamados “de chicote”, con los cuales se ahorraba tiempo y energía muscular.

En 1903, el señor LEONARDO ÁLVAREZ trató de beneficiar a los propietarios o industriales de este ramo, y celebró con los primeros Contrato de Venta “Exclusiva”, y cada sábado recibía grandes cantidades de rebozos y hacía la liquidación correspondiente.

En aquel año, el magnífico carpintero don Aurelio Candia inventó un “tórculo”, con el cual íbamos a planchar los rebozos para darles mejor presentación. Poco tiempo después fracasó esta negociación debido a la introducción de rebozos  más baratos en el comercio local y exterior. Dichos productos fueron traídos de Tulancingo Hgo. y de la ciudad de Puebla.

Cuando esta industria había alcanzado su apogeo, la producción era llevada a distintos lugares de los distritos circunvecinos y de los estados de Hidalgo, Veracruz y Tlaxcala.

Poco a poco fue decayendo esta FAMOSA industria zacateca, y el último que se sostuvo en esta ocupación fue el señor Lorenzo Santos. Zacatlán, Pue., a 4 de abril de 1968.

lunes, 27 de agosto de 2012

Jenaro Cabrera Oropeza (1918-2012)



A todos los asiduos lectores de la revista cultural Puebla Mágica se les hace saber que el día domingo 26 de agosto del 2012 falleció en su amada tierra natal Zacatlán nuestro amigo y director don Jenaro Cabrera Oropeza a la edad de 93 años.

Que llevaba nada menos que 21 años al frente de la dirección de Puebla Mágica. Lo decimos con un hondo pesar, ya que Zacatlán y Puebla han perdido en verdad a un gran poblano, estudioso de la historia en su modalidad de cronista. Nuestra amistad se la debemos a mi compadre y amigo Humberto Sotelo Mendoza, y que a instancias de él lo hicimos director de la revista, y recuerdo con pesar todos esos numerosos encuentros donde elegíamos la portada de  Puebla Mágica y seleccionábamos los artículos a publicar, ya que en cada uno de ellos siempre tenía algo interesante y sabio que comentar.

Muchos sentimos su partida y tal vez nos conformaremos con que nos siga auxiliando Ofelia su esposa y sus hijos, Jenaro y María Eugenia. Un abrazo solidario.

Luis Lozada León.

martes, 14 de agosto de 2012

Los Chiles en Nogada



Por Enrique Cordero y T.

Recién concertado estaba el Plan de Iguala cuando don Agustín de Iturbide dio al movimiento emancipador de México su bandera tricolor, encomendando la hechura del primer lienzo a su sastre y barbero José Magdaleno Ocampo, quien lo entregó el 24 de febrero de 1821.

Estas líneas son antecedentes históricos a esta leyenda.

Éranse tres hermanas, cuyos padres criollos de la angélica ciudad de Puebla, tenían palaciega casa en la Calle de Micieses, ángulo del crucero de las Calles de Victoria, costado de San Agustín e Ibarra o San Agustín. Familia de muchos posibles, producto de cuantiosos bienes raíces en la capital del país y en esta población de su residencia; iban o venían, venían o iban de uno a otro sitios.

A la entrada del ejército de las "Tres Garantías" la familia se hallaba en México. En varias de las diferentes festividades y recepciones que le hicieron al Libertad y a su guardia de corpus, las tres hermosas, sobresalientes por su belleza, atruendos y trato fueron enamoradas por apuestos oficiales, a quienes correspondieron.

La familia regresó a la Angelópolis, pero las tres parejas de novios, que estaban enamorados hasta el delirio quedaron en verse muy pronto.

¡Bah, muy pronto! D. Agustín iría a la Puebla, que sería la primera ciudad de la nación proclamada libre.

Las tres godibles señoritas pidieron a sus prometidos la fecha forma de halagar al señor de Iturbide. Uno de los oficiales aseguró: "el 2 de agosto de 1821 y precisó: "Al generalisímo le agradan mucho los guisos regionales, es un excelente gastrónomo obséquiesele con esto y con un platillo en el que se empleen materiales que tengan los colores de la recién instituida Bandera Mexicana, ¡será gran sorpresa!

¡Magnífico! aprobaron y se comprometieron las chicas.

-En qué gran conflicto nos hemos metido, dijo una de las hermanas, si nada sabemos ninguna de cocina.

-Pero habrá modo de resolverlo y ¡con urgencia!, añadió otra.
-¡Claro!, optimista dijo la última, y, resuelto está. Expuso: encomendaremos el platillo sugerido a las madres contemplativas agustinas del convento de Santa Mónica; entre ellas hay sabias, magníficas cocineras; dándoles la idea saldremos orgullosamente triunfantes ante nuestros apuestos y amados oficiales iturbidistas.

Como lo pensaron, lo ejecutaron.

Las monjas en concilio:

Quieren esas niñas que el platillo sea originalmente poblano; que tenga en su elaboración materiales o productos en que estén los colores de la enseña patria.

Bien, acordaron:

Emplearemos chiles; del tiempo de San Martín Texmelucan, que son grandes e imponderables en su calidad; los prepararemos quitándoles las venas y semillas para neutralizarlos haciendo que el picor sea delicioso. Los rellenaremos, éste puede ser sencillo, sólo de queso serrano de cabra de Tiatlauqui, Zacapoaxtla o Teziutlán; con picadillo menudito de carne de res y de puerco, de la matanza famosa de San Antonio del Puente o de Cholula y en caso de Tecali, que los animales de ahí son bien cebados; y con mil sabores: jugo de clavo y canela –todo esto molido- y pasta semi seca de la molienda con duraznos de las huertas de Huejotzingo manzanas de las mejores de Zacatlán, peras de la famosa huerta de los padres Carmelitas, de esta propia levítica Puebla y más, aderezo con piñones, pasas, almendras etc., -pasta única que ni el propio patrono de las cocineras; San Pascual Bailón se lo imaginara.

Después, "capiaremos" los chiles con huevos rancheros de los rurales gallineros de Tepeaca, Amozoc o Acajete, friéndolos, aunque sea muy costoso con la deliciosa mantequilla de Chipilo.
¡Aquí ya está el verde!

Haremos una salsa de nuez de Calpan, de preferencia, que hay muy buenas y abundantes nogaleras en otras partes del territorio poblano, licuada muy poco con el mejor de los vinos, también regionales que los hay rivales de los extranjeros. La tarea más pesada y tardada de todo: fue pelar cientos de nueces en la que se empleará una legión de ayudantes. Se echará en abundancia sobre los chiles cubriéndoles totalmente.

Aquí está ya, también, el blanco!
Finalizaremos: sobre la nogada echaremos, abundante sépalos o dientecillos de granada, de las únicas para esta exquisitez, de Tehuacán que por su exclusividad se llama a esta importante ciudad "De las Granadas". Finalmente el rojo es aquí!

Y más aderezo: hojitas frescas, verdes de perejil esparcidas en el platillo poblano "CHILES EN NOGADA".

¡Cumplido absoluto el encargo! amén.

El 3 de agosto, arribo a Puebla don Agustín de Iturbide, cabeza de la Primera Regencia de la Nación Mexicana, ya libre soberana. Fue un apoteosis. En el banquete le sirvieron el platillo ex profeso guisado "de los chiles en nogada", en un banquete de ciento cincuenta cubiertos servidos en la casa de las tres hermosas jóvenes de nuestra relación.

Realmente fue una sorpresa para el Libertador, de sus ayudantes que promovieron la hechura del exquisito platillo y de todos los comensales.

El ofrecimiento tocó hacerlo al Superior de los Agustinos quien advirtió que en este mes se celebraba al Santo Patrono de la Orden, el día 28 y que en nombre de esta comunidad religiosa, principalmente de las madrecitas de Santa Mónica, se adelantaba la cuelga al excelentísimo señor jefe del Estado Mexicano, ya que su nombre era Agustín.

De manjar fueron calificados los chiles en nogada, que desde ese año se hicieron famosos traspasando los lindes territoriales poblanos. Cada año en el banquete de los padres Agustinos se sirvieron; tuvieron más renombre porque en la verbena de este barrio que es el de las de más resonancia, en los puestos de comida se vendían los chiles en nogada.

Han transcurrido los siglos. Iturbide pasó a la historia, se le ha olvidado, pero el 28 de agosto día de San Agustín perdura la costumbre, en casi todos los hogares angelopolitanos de gustar el exquisito platillo.